Entrevista en PalopFlamenco

Entrevista en PalopFlamenco

«Las saetas son muy flamencas y a los cantaores nos permiten rezar de una forma diferente»

Esther Merino (Gévora, Badajoz 1984) no necesita presentación, sobre todo, una vez que se la ha escuchado. El miércoles 5 de abril, quien no lo haya hecho, tiene una nueva oportunidad de disfrutar de su agarre y fuerza en la Exaltación poética-musical de la saeta organizada por la Asociación Amigos del Flamenco de Extremadura. Una noche en la que la de Gévora estará acompañada de Manuel Cueva hijo, una joven promesa de

este cante primitivo. Con poemas recitados por el poeta y ensayista José Luis Bernal, la Semana Santa en su versión más flamenca da el pistoletazo de salida en la provincia cacereña.

–Le presentan como saetera, ¿se siente cómoda en ese perfil?

–Me siento muy cómoda cuando tengo que cantar por saetas, y en mi caso se unen dos pasiones: la religiosa y otra la flamenca. Es un cante que vengo haciéndolo desde hace muchos años en la Semana Santa y que me encanta interpretar. Además es un registro que no todos los artistas ejecutan. Las saetas son muy flamencas y a los cantaores nos permiten rezar de una forma diferente.

–¿Qué cualidades a su juicio, se necesitan para ejecutar una saeta correctamente?

–La saeta es un palo del flamenco y dentro de él existen varios estilos y formas, por tanto lo primero es tener conocimiento de lo que se está cantando y de cómo hay que hacerlo. En segundo lugar, conocer muy bien las cualidades que uno posee para poder adaptarse al entorno donde la va a ejecutar, porque no es lo mismo cantar en un espacio cerrado, en plena calle, o hacerlo a capela donde haces un mayor esfuerzo. En tercer lugar, controlar la emoción. Puede llegar a ser tanta que te impida cantarla en tu plenitud de facultades.

–Solo hay que echarle un vistazo a la agenda cultural de cualquier comunidad para constatar que el flamenco sigue ganando fuerza en los carteles y programaciones, ¿se recupera el sector?

–El sector se está recuperando poco a poco, y se está profesionalizando: tanto a nivel promotor como en artistas contratados, aunque como en todos los sectores hay intrusismo.

–Y en Extremadura, ¿coge fuerza el flamenco?

–El flamenco está recuperando fuerza en Extremadura. Tenemos más artistas que en cualquier otra época y cada vez más formados en las diferentes disciplinas. De lo único que estamos escasos es de palmeros profesionales y le aseguro que hay bastante trabajo para ellos. Quizás sea necesario trabajar en el acercamiento de la afición a las peñas flamencas. Todos conocemos a varias personas de nuestro entorno que se sienten identificados con el flamenco, y muchos de ellos van a festivales de flamenco y sin embargo no son socios de peñas flamencas. Las peñas tienen que trabajar este capítulo como algo primordial para su supervivencia. Hay que renovarse y hacer más socios jóvenes, y para ello hay que tener en cuenta los gustos de ellos. Sería bueno que hubiera días de convivencia organizados por las peñas que propiciaran el intercambio de ideas, y que permitieran dar una oportunidad a los nuevos valores.

En cuanto a los organismos públicos creo que deberían estar más vigilantes y preocuparse, no solo de hacer la aportación económica, sino de que el dinero que aporta sirviera para que los artistas extremeños tuvieran más oportunidades tanto dentro de la región como fuera. Fue muy bonito cuando participamos en el año 2010 en la Bienal de Sevilla…, pues eso es lo que hay que hacer: estar en los principales festivales de España a donde van muchísimos aficionados al flamenco, para que vean que Extremadura está ahí y que tiene muchos y muy buenos artistas.